El día en que le iban a hacer una sesión de fotos, la paisana Jacinta se levantó a las 8:45 am para hacerse sus trenzas mientras esperaba al cholotaxi para ir al canal. Había soñado que atravesaba su chacra en Estados Unidos, donde tenía sus plantaciones de ollucos y por un momento fue felíz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicada de moco de pollo. "Siempre soñaba con ollucos", me dijo Anselma, su hermana, evocando una semana después de los acontecimientos de aquel sabado traicionero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario